viernes, 18 de marzo de 2011

El golpe antes del habla, solo un detalle… (2011)

Más que recordar esa situación, fue sumergirme en una masa informe, para la cual no encuentro palabras que asignarle con el objetivo de ponerle límites que la hagan descriptible. Solo se me venía a la mente la palabra caos. Y como en las películas, por contraste, un enorme silencio.

Sí, recién después de casi cuarenta años, me doy cuenta que se trata de un recuerdo mudo. Mudo en todas sus dimensiones; que no habla, que no dice, que no he sido capaz de pronunciar, enunciar, describir… y mudo sin ruidos.

Habiéndome dado cuenta de esto, pude entender al fin, la sensibilidad hacia otros ruidos, como una necesaria escisión del recuerdo en dos partes, el suceso y el sonido. Este último, agrediendo al mutismo cotidianamente se manifiesta a cada minuto. Pero sin su contraparte resulta incomprensible.

Ahora los dos están juntos, son uno solo, aun sin palabras, sin sentido.