domingo, 19 de junio de 2011

Acto seguido, cogió su abrigo (2005)

Esa mañana se levantó a preparar el desayuno, como siempre, y al entrar a la cocina tuvo una sensación de ser observada; abrió la despensa, y algo pestañeaba. Algo grande y gordo... Tenía sus dudas, por lo que hizo caso omiso y continuó preparando el desayuno. Pero no podía despegar el pan, porque pesaba demasiado, y la miraba. Otra vez, esa sensación de ser mirada por algo gordo que pestañea. Decidió detenerse por un momento, y mirar a su alrededor; un gran párpado gordo parpadeaba soñoliento; dos párpados... tres.... Realmente esa mañana el sueño había sobrepasado los límites de la corporalidad humana, y estaba tomando forma. Ante esta situación, se vistió con calma, acto seguido, cogió su abrigo y salió. Fue al supermercado, y compró cincuenta y ocho almohadas; una para cada párpado. Luego regresó al hogar, y decidió dormir y dormir, hasta morir.

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