viernes, 24 de junio de 2011

Investigación Cualitativa (2003)


Bibliografía utilizada:

Vales, Miguel. Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Capítulo 3: “Diseños y estrategias metodológicas en los estudios cualitativos” (pág. 69 - 105). Editorial Síntesis. Madrid, España 1996
Goetzs, J.P. y LeComt. M.D., Etnografía y Diseño Cualitativo en Investigación Educativa. Capítulo III: “Selección y muestreo: el comienzo de la investigación etnográfica”, (pág. 85 - 111). .
Zarzuri, Raúl, El muestreo en la selección de entrevistados: el caso de las entrevistas en profundidad. Apuntes de clases 2003.
Rodríguez Gómez, G.; Gil Flores, J. Y García Jiménez, E., Metodología de la investigaciín cualitativa. Capítulo II “Métodos de investigación cualitativa  (Pág. 39 - 59), Ediciones Aljibe, Granada España, 1996.


Se ha hablado mucha acerca de la coherencia entre paradigmas y perspectivas, y la aplicación de las técnicas de investigación, y en este debate, han participado principalmente los sociólogos. En este sentido, expone ciertos puntos que considera relevantes:
1.        S. XIX: la tradición empírica se mantiene separada de la teoría en sociología, y en las universidades. Por su parte, Comte destaca por su producción teórica, pero no la llevó al terreno de las investigaciones empíricas. A su vez, Durkheim trabaja con estudios concretos donde enlaza los aspectos teóricos, a la investigación social empírica.
2.        Weber: se destacó en las corrientes de sociología cualitativa. Su obra, es considerada un gran esfuerzo de síntesis teórico metodológico, del historicismo, neokantismo, positivismo y marxismo.
3.        Años veinte del presente siglo: la disputa sobre métodos y técnicas más idóneas para la práctica sociológica, ensombrece los debates teóricos, especialmente en Europa.
4.        Años 60 – 70: se produce una revalorización de lo cualitativo. En este panorama, Marsal sostiene la tesis sobre la “dependencia de la metodología sociológica del vaivén de las orientaciones teóricas y, en último término, del condicionamiento de las ideologías”. En esta época también, surge la etnometodología, la cual se centra en estudiar los métodos  empleados por los sujetos, para construir y dar sentido y significado a sus prácticas sociales.
5.        En el contexto norteamericano, se recupera el interaccionismo simbólico de Mead o Tomas, al tiempo que se incorporan tendencias europeas, como la teoría crítica frankfuriana y la filosofía alemana y fenomenológica. Esta última, busca conocer los significados que los sujetos dan a su experiencia. R. Gomez, G. Flores y G. Jimenez, agregan que lo importante es intentar ver las cosas desde el punto de vista de otros individuos, describiendo, comprendiendo e interpretando.
6.        Los sociólogos españoles, reconocen que la crisis ha traído, para la sociología, un período de pluralidad en la elección de los diversos paradigmas disponibles. Por otra parte, reconocen que la crisis ha traído, para esta disciplina, un período de pluralidad en la elección de diversos paradigmas disponibles.
7.        En los últimos años del franquismo, y los primeros en democracia, se produce un sinsentido respecto a los métodos y las técnicas de investigación ya que, según Alvira, sucede en reacción a la crítica estadounidense y otros países, pero sin la base de una tradición de investigación empírica y utilización de técnicas de investigación, que estos países poseían.
8.        Años 80 – 90: la sociología continua desarrollándose en relación a las coyunturas sociopolíticas del momento. Lamo de Espinoza hablará de “pluralismo paradigmático” y por su parte Alvira, sostendrá que de todos modos hay una prevalescencia de enfoques contrapuestos cualitativo / cuantitativo.
9.        No obstante, Lamo de Espinoza advierte que los sociólogos españoles se han inclinado por la investigación empírica remunerada, dejando de lado el aspecto teórico.
10.     Actualmente, la sociología proviene de una doble crisis; la del paradigma estructural – funcionalista (años 60) y la del marxismo.
11.     Sin embargo, lo más relevante es el reconocimiento de la necesidad de múltiples perspectivas y estrategias de análisis en el estudio de la, cada vez más compleja, realidad social.
12.     Por otra parte, además de la integración micro – macro, destaca el interés europeo por la relación entre acción y estructura y la metateorízación en sociología.
De esta manera, continúan siendo relevantes la teoría del intercambio, la feminista, la estructural, y las sociológicas “creativas”. Al respecto, Ritzer dirá que el meta – análisis sociológico, favorece la clarificación y síntesis de las teorías, así como también, la integración y aprovechamiento de los métodos y datos.
El desarrollo expuesto anteriormente, es relevante puesto que, en opinión de Marsal, toda práctica investigadora es un acto que ocurre dentro de un contexto sociohistórico específico, en el cual el investigador toma decisiones que evidencian su adhesión ideológica. Dicha decisión, comprende la elección del tema en estudio, su enfoque teórico (paradigmas y perspectivas) y la utilización de técnicas y estrategias metodológicas, que se encuentran asociadas a posturas ideológicas. Los autores Rodriguez Gomez, Gil Flores y García Jimenez, reafirman esta idea, hablando sobre el carácter instrumental del método, el cual se encontraría directamente relacionada con el enfoque teórico desde el cual no situemos.
Ahora bien, si el investigador se pregunta si lo aprendido en el proceso de investigación mediante métodos y técnicas cuantitativas sirve en la investigación cualitativa, hay distintas posturas al respecto:
1.        Ruiz Olabuénaga e Ispizua, plantean que la investigación cuantitativa y la cualitativa, tienen el mismo proceso de trabajo en cinco fases: definición del problema, recogida de datos, validación e informa. Sin embargo, son las técnicas cualitativas (observación participante, entrevista personal, estudio de casos...)lo que otorga un sello particular a las fases mencionadas. Es posible entonces, establecer una serie de criterios o principios orientadores que marquen la diferencia.
2.        Erlandson y otros (1993) contrapone el diseño “tradicional” (cuantitativo) al diseño “emergente” (cualitativo). Para estos autores, la principal diferencia entre estos diseños, es la “especificidad del plan original de investigación”. En otras palagras, en el diseño emergente; el diseño de estudio emerge al tiempo que se recogen los datos, se lleva a cabo el análisis preliminar, y se describe el contexto. Se busca flexibilidad en el proceso. Por el contrario, en un diseño cuantitativo, el objeto de estudio se establece previamente a la recolección de datos.
3.        Marshall y Rossman (1989), aconsejan la elaboración de un “plan de investigación que incluya muchos de los elementos de los plantes tradicionales”, pero con la posibilidad de modificarlo durante la recogida de datos. Estos autores, sostienen, que es crucial la felxibilidad.
4.        Patton (1990) sostiene que los diseños cualitativos siguen siendo emergentes, aun después de comenzar a recoger datos. Pero agrega que el grado de flexibilidad y apertura, varía en los diseños.
5.        Valles recuerda que no existe un polo cuantitativo y otro cualitativo, sino que un continuo entre ambos. El tipo de diseño dependerá más bien, de las circunstancias de investigación, de los recursos, el tiempo y los objetivos.
6.        Por ello, se podría decir, que existen diseños cualitativos emergentes y proyectados. Estas sería la postura de Miles y Huberman (1994) quienes prefieren los diseños más estructurados, puesto que normalmente, se dispone de un tiempo limitado, se requiere de coordinación, y comparabilidad, y por otra parte, el investigador no suele partir de cero, sino que ya tiene ideas previas.

Para complementar el acercamiento al concepto de diseño cualitativo, es necesario tomar en cuenta la noción de decisiones de diseño. Diseñar, implica tomar decisiones durante todo el proceso. Algunas de ellas, se toman al principio, otras sobre la marcha. El diseño se va moldeando a partir de criterios maestros generadores de respuesta. Janesick (1994) destaca la omnipresencia del diseño en todo el proceso indagatorio. Por su parte Morse (1994) plantea una idea más didáctica y pragmática en torno al diseño cualitativo. Las propuestas de ambos autores guardan ciertas similitudes; en los dos se distinguen fases y decisiones de diseño que hay que abordar; las tareas de la fase de “reflexión y planeamiento” de Morese, coinciden con las decisiones de diseño previstas en el principio del estudio propuesto por Janesick. Además, este autor destaca las consideraciones ideológicas y éticas. Por su parte, Morse, reconoce que se pueden producir sesgos en la elección del tema de estudio.
Ambos autores destacan  la importancia del investigador cualitativo. Este debería siempre, tomar en cuenta su contexto sociohistórico, cultural, su ética, su conocimiento, etc. se puede afirmar, que el investigador está condicionado pero a la vez, tiene la posibilidad de imprimir un sello personal en el diseño de estudio.

Elementos del diseño:
 

Formulación del problema:
Janesick (1994) plantea que para que este proceso se ponga en marcha el investigador necesita un impulso: un interrogante inicial.
Por otro lado, lo que Valles denomina formulación del problema es todo aquel proceso de elaboración que va desee una idea inicial, hasta la conversión de dicha idea en un problema investigable en este sentido, no negamos que la investigación que se inicie, pueda ser de carácter multidisciplinario, pero lo común es que prima una de las disciplinas (cuantitativa/cualitativa). Por lo tanto el planteamiento de un problema enmarcado en un campo disciplinario determinado, es una labor de diseño.
El problema general se configura en las preguntas de investigación, y se buscan las conexiones con las perspectivas teóricas, o se traza un marco conceptual que direccione la recopilación de datos y el análisis.
Respecto a este tema, los autores Strauss y Corbin (1990) sistematizan la fase de la puesta en marcha de un estudio con dos preguntas:
1.        ¿Cómo encontrar un “problema investigable”?
Los autores sostienen que esta pregunta se responde señalando tres fuentes de problemas investigables:
§  Las sugerencias de investigadores experimentados, o becas de investigación sobre temas propuestos.
§  La lectura de material escrito.
§  La experiencia personal y profesional.
2.        ¿Cómo concretarlo para que pueda ser “manejable”?
Esta pregunta tiene su respuesta más general, en la especificación de preguntas de investigación, las cuales ayudan a decidir qué aspectos del problema se van a enfocar y con qué métodos. Las preguntas de investigación, en los estudios cualitativos, deben conjuga la amplitud, con la focalización.

Decisiones muestrales:
Valles afirma que la formulación del problema conlleva un proceso selectivo, donde se enfoca la atención del investigador en un fenómeno, en unos objetivos o preguntas de investigación, y en un marco conceptual. Por otra parte es preciso distinguir otras decisiones respecto del diseño, que involucran a las decisiones de muestreo, que abordan la selección de contextos, casos y fechas. Al respecto Goetzs y LeComt, señalan que todo investigador debe adoptar diversas decisiones, tomando en cuenta las preguntas ¿qué individuos, y cuántos pueden ser estudiados?, ¿cuándo dónde y en qué circunstancias? La respuesta a estas preguntas, llegará al investigador a adoptar distintas estrategias y elecciones de muestreo. Esto se produciría, en opinión de los autores, en un proceso interactivo que se manifiesta principalmente en las fases iniciales de la investigación cualitativa. Para estos autores, así como para R. Zarzuri, la flexibilidad y adaptabilidad de las decisiones respecto a la selección y al muestreo, que se dan en forma integrada a los diversos procesos investigativos, es característico del modelo etnográfico.
Ahora bien, por muestreo, Goetzs y LeComt se refieren a la forma especializada de un proceso más general de enfoque y elección: la selección. Esta requiere que el investigador determine los perfiles relevantes de la población o fenómeno. Y para ello, se utilizan: criterios teóricos o conceptuales, las características empíricas del fenómeno, la curiosidad personal, el tiempo, etc. Algunas disciplinas han intentado incluir las técnicas cualitativas o etnográficas a sus diseños, ya sea para corroborar los descubrimientos realizados con métodos positivistas, o para contextualizar los resultados de su trabajo. Pos su parte, Valles coincide en ciertos aspectos con Goetzs y LeComt, y afirma que es posible hacer las siguientes reflexiones en torno al muestreo cualitativo:
1.        Una de las decisiones muestrales que hay que considerar, es la de contextos relevantes al problema de investigación. A partir de estos contextos (comuna organizaciones, etc.), se procederá a seleccionar los casos individuales. En estas elecciones priman diversos criterios, como el de heterogeneidad, variación, tipicidad, etc.
2.        Otro criterio, son las consideraciones pragmáticas: consideración de accesibilidad y recursos disponibles, en la selección de contextos.
3.        Dependiendo del tipo de estudio, puede que la aplicación de casos tipo se realice, mediante la aplicación de técnicas cuantitativas. O por el contrario, se pueden tomas decisiones muestrales sin buscar una representatividad estadística, centrándose en el desarrollo de conceptos determinados.
Por su lado, autores Glaser y Strauss, proponen un “esquema conceptual general”, con el cual construyen un casillero tipológico. Así, Miles y Huberman retoman a estos autores, afirmando que las muestras de estudios cualitativos pueden ir evolucionando una vez comenzado el trabajo. Así mismo, Zarzuri explica el uso del casillero tipológico, mediante la especificación de criterios generales y periféricos, que ayudarán a construirlo.
4.        Un último punto que Valles destaca, es el tema de la cronología de la investigación. En este sentido, puede escogerse por un tiempo limitado, un estudio longitudinal, etc. todo dependerá, de lo que se quiere obtener, de los recursos económicos, temporales, de accesibilidad, etc.
Los investigadores, dicen Goetzs y LeComt, pueden identificar sus poblaciones determinando diversos criterios relevantes para determinar los límites del fenómeno que será estudiado, sin buscar una representatividad. Pero también es posible optar por seleccionar un subgrupo, o extraer una muestra. El muestreo, aclaran los autores, consiste en escoger un grupo de una pequeña parte que lo represente adecuadamente. Así, el diseño de muestreo se realiza de acuerdo a los principios de cálculo de probabilidades, de manera que el margen de error sea medible.
 Lo fundamental en la determinación de las poblaciones relevantes y la elección de los procedimientos de selección y muestreo, en el caso en que no se busca representatividad (cuantitativa), tiene que ver con la manera en que el investigador define los datos y los conceptualiza en unidades. Al igual que el punto dos expuesto por Valles, estos autores afirman que los grupos humanos realizan sus actividades en escenarios y contextos. Así también, no se puede dejar de lado el factor tiempo, y circunstancias especiales. Es a partir de estas consideraciones, que se configura una determinada población desde de la cual el etnógrafo puede obtener muestras o seleccionar. En este accionar, pueden aparecer sesgos que pueden reducirse identificando y describiendo los escenarios y circunstancias construidos y mantenidos por los participantes, y explicando además, la influencia de las selecciones y muestreos en la recogida, el análisis y la interpretación de los datos. Al respecto Goetzs y LeComt suguieren ciertas consideraciones:
1.        Cualitativamente  el interés por la selección y el muestreo son proceso dinámicos y secuenciales, puesto que hay fenómenos que sólo aparecen en el curso del trabajo empírico.
2.        Una segunda cuestión que estos autores hacen ver, es que el uso de los muestreos aleatorios está motivado, porque favorece el establecimiento de inferencias formales y generalizaciones de grupos pequeños hacia otros más grandes. Pero los etnógrafos utilizan inferencias lógicas inductivas y secuenciales, basadas en la acumulación de fuentes con las cuales corroboran los datos obtenidos.
3.        Este punto está referido a la voluntariedad de los participantes:
§   Lo más común, es buscar a grupos que posean las características apropiadas para el estudio. En estos casos, los participantes no deciden por sí mismos si satisfacen los criterios del investigador.
§   Otra opción, es que el investigador especifique y publique los criterios, para que quienes lo deseen, se autoseleccionen como participantes.
§   Por último, está el caso en que son los propios participantes quienes busquen al investigador.
Cuando los etnógrafos desean estudiar un grupo pequeño que posee la misma distribución de características que la población a la que se pretende generalizar, utilizan procedimientos estadísticos de muestreo (aleatorio simple o estratificado. Por el contrario, cuando se pretende describir un fenómeno poco conocido, o se quiere crear constructos sociales, el muestreo estadístico es irrelevante. En estos casos, se busca la comparabilidad y traducibilidad de los resultados en lugar de una transferencia directa a grupos no investigados.
Los etnógrafos suelen utilizar la selección, basada en criterios, al momento de escoger el grupo que será estudiado. Es a partir de la determinación del problema, las cuestiones de investigación, e identificación de factores empíricos y teóricos, que es posible establecer un conjunto de atributos o dimensiones que caractericen a un grupo.
Esta selección de criterios, es el punto de partida de cualquier investigación antecediendo incluso, al muestreo probabilístico. Respecto a este último, es posible distinguir dos tipos de muestreos:
1.        Muestreo aleatorio simple: recurre a procedimientos matemáticos simples para asegurar que ningún elemento cuente con una mayor probabilidad de ser incluido en el estudio, que otro cualquiera.
2.        Muestreo sistemático: se selecciona un elemento de la población cada cierto intervalo, determinado por la proporción entre el tamaño necesario de la muestra y las dimensiones de la población total.
Estos dos tipos de muestreo, son utilizados por los etnógrafos para asegurar la validez interna de sus estudios. Ahora, también se utilizan variantes de estos, como las estrategias sincrónicas y diacrónicas:
1.        Sincrónicas: son adecuadas cuando se está interesado en estudiar una población en un momento del tiempo. Comprenden diversos tipos de muestreos:
§  El muestreo estratificado: se utiliza cuando las poblaciones están compuestas por grupos separados y diferenciados. Consiste, en dividir a la totalidad de la población en subconjuntos o estratos relevantes, y seleccionar a los individuos dentro de cada estrato. Dentro de este punto, se pueden utilizar técnicas aleatorias o sistemáticas, para hacer la elección.
§  El muestreo por racimos: también se puede aplicar en forma aleatoria o sistemática. Se utiliza cuando es posible agrupar a la población en forma natural, o analítica, en racimos o unidades agregadas, semejantes. Luego se procede a realizar un muestreo entre ellas. Y posteriormente, se estudian todos los sujetos de los racimos seleccionados, o de lo contrario, muestras de ellos. Este tipo de muestreo es útil cuando la población es de gran magnitud.
2.        Diacrónicas: son necesarios cuando el investigador pretende estimar la variación de una población en el tiempo. Consiste en realizar el mayor número posible de muestreos de una misma población, en distintos momentos. Esta modalidad, comprende las siguientes estrategias:
§  Estudio de tendencias: implica sucesivos muestreos (aleatorios o sistemáticos) de una población definida por sus características concretas o un emplazamiento en común. los estudios de cohorte y estudios de paneles. La desventaja, son las variaciones que se pueden producir en el transcurso del tiempo.
§  Estudio de cohorte: las poblaciones se definen por edad, o la duración de cierta experiencia. Esta estrategia permite distinguir con mayor precisión, entre los cambios debido a factores del ciclo vital, y los que reflejan tendencias históricas, reforzando de esta manera, la validez interna del estudio.
§  Estudio de paneles: exige un muestreo de una población, en un momento determinado, y el seguimiento en períodos sucesivos, de los componentes seleccionados.
Al igual que en las estrategias de muestreo probabilístico, en la selección basada en criterios también se distinguen variantes. La selección basada en criterios simples, solamente requiere que el investigador confeccione un listado de los atributos que debe poseer la unidad seleccionada, para luego buscar a los que se ajuste a ellos. Por otra parte, este tipo de selección se puede dividir en dos grupos:
1.       Comprende las estrategias para localizar un grupo o escenario inicial que estudiar, o para seleccionar unidades poblacionales relevantes en una primera instancia. Estas pueden ser:
§  Estrategias de selección exhaustiva: se investiga cada caso o elemento de una población relevante. De esta manera, la representatividad queda garantizada. Por otra parte, se aplica a poblaciones reducidas, o en los casos en que de otro modo, se perderían variantes importantes.
§  Selección por cuotas: también busca representatividad. Sin embargo, se limita a un subconjunto de una población mayor. Para ello, se identifican los principales subgrupos o los más relevantes.
§  Selección por redes: cada participante o grupo, es designado por otro grupo o individuo que le precede en el estudio. De esta manera el investigador obtiene su selección cobre la base de las referencias de otros participantes. Esta estrategia resulta útil en situaciones en que los sujetos investigados están dispersos, sin formar grupos delimitados en forma natural.
§  Selección de casos extremos: implica la identificación explícita o implícita, de alguna norma que determine los caso típicos o medios. Todos los casos potenciales, son dispuestos en un continuo que representa las dimensiones de interés investigactiva.
§  Casos típicos: el investigador desarrolla un perfil de atributos que poseen el caso intermedio para que, posteriormente, se busque un ejemplar.
§  Selección de casos únicos: se basa en alguna dimensión o atributo que actúa como un tratamiento experimental, pero que no puede provocarse intencionalmente porque tuvo su origen en un accidente, o por imposibilidades empíricas.
§  Selección de casos reputados: el investigador hace sus elecciones por recomendación de otros expertos de algún campo.
§  Selección de casos ideal – típicos: el investigador idea el perfil del caso mejor, más eficaz o deseable y, posteriormente, encuentra un caso que se ajuste a aquel ideal.
§  Selección de casos comparables: se usa cuando se estudia sucesivamente grupos o esenarios que comparten atributos fundamentales y relevantes.
2.       El segundo grupo implica proceso progresivos y secuenciales, que se utilizan en fases posteriores de la investigación (proceso de análisis, generación y perfeccionamiento de hipótesis y elaboración de interpretaciones):
§  Selección de casos discrepantes
§  Muestreo teórico
§  Selección y comparación de casos para la comprobación de implicaciones teóricas.
Si se está haciendo uso de las técnicas cualitativas, Valles advierte que se deben toman las siguientes decisiones:
1.        Entrevista en profundidad
2.        Grupos de discusión
Entrevistas en profundidad, según el diseño muestral de Rodríguez Cabrero, que incluye a jueces, fiscales, abogados, policías. Es decir, la integran informantes que encarnan a las instituciones del orden social.

Ahora bien, la localización de las potenciales fuentes de datos, en los escenarios de estudio, depende del modo en que se hayan conceptualizado las poblaciones, y cuáles sean los procedimientos muestrales previos. Esto exige que los investigadores traduzcan a decriptores empíricos, fenómenos que originalmente han sido caracterizados de manera abstracta., en los fines de la investigación, y en los marcos conceptuales. Estos descripores constituyen las unidades de análisis, que designan qué va a ser la principal fuente de datos. Incluye además, los atributos definitorios de las unidades de análisis, las cuales por lo general, se refieren a seres humanos, comportamientos rasgos, o acontecimientos.
El proceso de localización de las potenciales fuentes de datos, se encuentra influido, por la delimitación de las poblaciones. Es decir, algunas se encuentran delimitadas naturalmente. Estos tienen la ventaja de ser un conjunto finito y claramente separados. La dificultas que tiene, es en relación a las posibilidades de selección y muestreo, y a los problemas de entrada en el escenario, de la investigación. También existen grupos delimitados naturalmente, pero que no cuentan con un emplazamiento geográfico. Estos también presentan dificultades. Es el caso de personas que se juntan a protestar, las asociaciones profesionales, etc.
Otras poblaciones, en cambio, se delimitan artificialmente. Son grupos identificados por investigadores, como colectividades o individuos que comparten atributos comunes. En estos casos sólo es factible un muestreo riguroso, cuando los grupos son claramente identificables en el seno de otra población delimitada naturalmente. En otras ocasiones, es posible hacer la selección o muestreo, aprovechando los servicios especiales que ésta solicita. Por último, los investigadores pueden buscar sus participantes a través de diversos medios de comunicación, o utilizando sus propias relaciones personales y profesionales.
Una vez que se ha localizado las potenciales fuentes de datos, el investigador debe decidir con quién establecer contacto, cómo hacerlo y de qué manera mantener dicha relación. En este sentido, existen variadas maneras de llevarlo a cabo, dependiendo de las circunstancias. Por ejemplo, los investigadores se aproximan a los segmentos de un colectivo por medio de uno o más contactos. Por el contrario, en las organizaciones formales, se intentará establecer contacto por varias vías, y en los distintos niveles de status. Se puede intentar por medio de terceras personas, por carta o personalmente, formal o informalmente, todo dependerá del criterio que se deba utilizar para dicho fin.

Selección de estrategias de obtención, análisis y presentación de datos:
Tanto en las técnicas cualitativas, como las cuantitativas, son instrumentos que se encuentran disponibles para que el investigador haga uso de ellas. Para ello, además de las técnicas, se cuenta con modelos o patrones de procedimiento en los cuales han quedado plasmados los usos específicos de investigadores que han realizado estudios sobresalientes. A estos patrones de procedimiento, se les llama estrategias metodológicas.
Por ejemplo Marshall y Rossman (1989) presentan una ordenación de técnicas y estrategias de investigación, partiendo del propósito de estudio (exploratorio, explicativo, descriptivo, predictivo) y de las preguntas de investigación. Pero además, dan una lista de siete estrategias:

1.        Experimentos y cuasiexperimentos
2.        Encuesta
3.        Análisis de información de archivo
4.        Historia
5.        Estudio de casos
6.        Estudio de campo
7.        Etnografía

A su vez, Denzin y Lincon (1994) presentan una lista con las siguiente disposición:

1.        Study design
2.        Case study
3.        Etnografía, observación participante
4.        Fenomenología, etnometodología
5.        Grounded theory
6.        Método biográfico
7.        Método histórico
8.        Investigación acción y aplicada
9.        Investigación clínica.

Por su parte, Valles se pronuncia por la postura de la siguiente clasificación de estrategias en un continuum cualitativo:
1.        Utilización de documentos: cabe plantear un uso mínimo de documentos de todo tipo, incluyendo fuentes estadísticas.
2.        Estudio de casos: bajo esta denominación, se agrupan varias modalidades:
§   Estudios de casos etnográficos, (técnica participante).
§   Est. de casos bibliográficos, (documentos personales, los relatos de vida y las historias de vida).
§   Otros estudios caracterizados por metodologías singulares, o relacionadas con lo cuantitativo y cualitativo.
3.        Estrategias de triangulación: en la práctica investigadora siempre se da un solapamiento entre las estrategias descritas. Además, siempre se termina recurriendo a casi todos los ingredientes básicos: documentación, observación y entrevistas.
Valles reitera con esto, que hay un continuo de lo cualitativo, que también reaparece en la escritura y la presentación de la investigación. Precisamente, la fase de redacción no se la debe concebir como algo separado de los procesos anteriores. En este momento, se dan las últimas modificaciones al análisis. Y se escoge un estilo idóneo para los destinatarios de la investigación.

Criterios evaluativos de calidad en los estudios cualitativos
 

Es necesario no perder de vista, que no todos los investigadores cualitativos buscan criterios alternativos para evaluar su trabajo. Por ejemplo Hammersley identifica tres posiciones básicas entre los etnógrafos:
1.        Los que aplican a la investigación cualitativa, los mismos criterios que en la investigación cuantitativa.
2.        Los que argumentan que los criterios usados por los investigadores cuantitativistas deben redefinirse y si es posible, sustituirse por unos adecuados a la investigación cualitativa.
En opinión de Valles, se produce una gran coincidencia en los investigadores cualitativos y cuantitativos, en cualquier punto del continuum. Los dos parecen empecinarse en los mejores estándares de calidad de la investigación social. Los autores Strauss y Corbin (1990), presentan dos conjuntos de criterios evaluativos en los cuales afirman que compartes los criterios de la ciencia, pero que éstos debieran ser redefinidos para ajustarse a las realidades de la investigación cualitativa, y  a las complejidades de los fenómenos sociales. En esta misma línea, Erlandos y otros (1993) presentan los criterios de confiabilidad, criterios de autenticidad, y criterios éticos.
La credibilidad de una investigación cualitativa, se relaciona con el uso que se le haya dado a un conjunto de recursos técnicos, tales como: duración e intensidad de la observación participante; triangulación de datos; métodos; acopio de documentación escrita, visual; revisión e interpretación de la información, etc.
La transferibilidad se logra especialmente por medio de procedimientos de muestreo cualitativo, en contraposición a los procedimientos cuantitativos de muestreo probabilístico.
La dependibilidad se hace operativa, mediante una auditoría externa.
El segundo y tercer grupo de criterios de calidad propuesto por estos autores, tienen que ver con los esfuerzos por conseguir y mantener relaciones negociadas y renegociadas durante todo el proceso de investigación. Por otra parte, los códigos éticos de los investigadores cualitativos, persiguen más activamente la protección de las personas, que los cualitativistas.
3.        Los que rechazan cualquier clase de criterios, debido a la naturaleza de la investigación cualitativa, puesto que se pretende evitar la producción de verdades absolutas.

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