jueves, 23 de junio de 2011

Quebrada, en primera persona (2011)


Se dice que el sujeto es un ser en falta. Pero qué pasa, cuando uno, además está quebrado por dentro, y es capaz de mirar esa fisura. Sabe que es como un cuerpo lleno de pegamento, frágil, que va haciendo equilibrio para no separarse. Me doy cuenta, y trato de disimular, pero fracaso. Voy caminando con esta fragilidad, en este otoño, y es como si al rozar las hojas secas éstas me hirieran. Me lleno de ropa entonces, y no es en sentido figurado. Me lleno de ropa, tapando los escalofríos, pero también las marcas de esa fisura, marcas en la piel, que ya no quiero mostrar. Pero las heridas y aberturas de mi psiquis, no solo se evidencian en la piel, y eso, no lo cubre la ropa. Cómo enfrentar al mundo entonces, negando que la angustia comienza ya a desbordar los remedos psíquicos que me inventé… al final, no servían. Al final, la vida se había convertido en un constante trabajo de reparación, como objetivo último de ésta. Y de pronto, darse cuenta que este objetivo no es tal, no forma parte del deseo, lleva a pensar que he gastado mi vida en un espejismo. Pero tampoco hay camino hacia el deseo real… solo angustia.

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