jueves, 25 de agosto de 2011

ENTRE LA GUATA Y LAS OREJAS


Veo la noticia de los estudiantes que llevaban 38 días en huelga de hambre depusieron su abstinencia alimenticia, mientras mis hijos duermen. Entre mi casa y la calle hay otra casa, autos, dos rejas, y nada pudiera hacer pensar que estoy a una cuadra del Estadio Nacional. Pero esta noche se escuchan algunos ruidos... disparos, gritos, helicópteros, cirenas de bomberos y ambulancias. Todo en el lapsus de algunos momentos. Luego, la luz se corta, y cuando regresa se activan todas las alarmas de los negocios, las casas y los autos. No sé qué pasa afuera... acá todo es calma, pero no dejo de pensar que estoy cerca del Estadio, que pese a la cantidad de partidos y conciertos que han pasado por sus canchas, tiene su pasado, que, como dicen mis colegas, cuando algo se niega, es porque está más presente que nunca. Supongo que escuchar lo que esta noche viene por mis ventanas, me recuerda viceralmente a ello. Y no veo nada... no puedo porque mis chicos duermen. Ellos están en calma, por ahora.

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