jueves, 14 de junio de 2012
Piel urbana
Salgo a la calle. Todavía no amanece. Las calles están mojadas, y se me van pegando las hojas en los zapatos, húmedas con la última lluvia. Miro al cielo, casi negro… no sé si es neblina o son nubes… parece que hoy no saldrá el sol. Subo a la micro, los vidrios empañados… voy recorriendo las casas mientras avanza. Esta es una zona muerta. Cuando llego a esta cuadra, me decía alguien, hace más frío. Acá no crece una flor. Quizás tenga razón, y la zona muerta esté efectivamente habitada por los que transitaron por el estadio… Entonces, me voy acercando. En este lugar todo es vida… Ya he bajado de la micro y camino cerro arriba y los sentidos hiperalertas a los olores, las texturas… esas que casi puedo tocar con los ojos. Naturaleza, miedo. Siempre que quedo sola con los árboles corro el riesgo de quedar sola conmigo, y algo duele. Quién sabe qué cosa… pero los pensamientos se me hacen agua, situación siempre incómoda, como si alguien pudiera ver eso, y fuese a preguntar por qué. Será que no hay respuesta, o que verme así me resulta embarazoso… y voy pensando, lo difícil que será verte y saber que me ves… anticipando ese encuentro me sujeto del cuello del abrigo. Sus ojos ya me dan alcance. Y nada saco con mantener las manos aferradas a este abrigo, inútil coraza. Siento que efectivamente no puedes ver lo que hay debajo, y aun así, podría caer en ese abismo que forman tus ojos. Es como si conocerte tanto me expusiera a que me pidieras algo, y mi boca cerrada no logra callar. Imagino que todo en mí expresa algo, posible de descifrar. Terrible. Con qué sentido valdría la pena algo así, y mis pensamientos pasean minutos-horas por fantasías de invasión a mi abrigo… ojos, palabras, pensamientos rozando espantosamente mi piel… como espinas que llegan al alma. Sin embargo no hay indicios reales de que eso pueda pasar… nada traduce la intención de tu mirada incisiva… puede ser simple curiosidad, reproche (de qué?), y conociéndote, miedo. Miedo a que yo te observe y te vuelva a mirar por dentro.
viernes, 8 de junio de 2012
PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y SU INCIDENCIA EN POLÍTICAS PÚBLICAS
Introducción.
Corrían los años 86' 87' más o menos, cuando
asistía al liceo. Venía llegando de un colegio particular, “izquierdista” (que
da para un tratado por cierto...) y sin comprender mucho, me senté al lado
izquierdo de la sala. No era casual. Era una obligación implícita sentarse
según la postura política que uno tuviera... y que definitivamente había que
tomar. En ese entonces, la situación era extrema, y transitábamos entre el sí y
el no. la efectiva combinación de la historia con las técnicas publicitarias
nos convencieron que la “alegría venía” (el slogan era LA ALEGRÍA YA VIENE). Y si
bien estábamos en dictadura, y ya se había comenzado a instaurar la reforma
educacional, aun gozábamos de más horas de historia, educación cívica, economía
política entre otros ramos que han sido sacados de la currícula escolar.
Por qué me acuerdo de ésto? Porque creo que no
sabía que sabía. Años más tarde, en un momento más reciente de la historia, la
revolución pinguina se hizo presente, disconforme con este cambio educacional
del cual sus padres fueron testigos. Curioso. En dictadura, en transición a la
democracia... y recién 20 años después, aparecen recién los primeros signos de
descontento. El punto es que recordando las técnicas de guerra y de política, y
quizás, hasta recordando las palabras de mi padre, miré con desazón el momento
en que luego de tensas jornadas de protesta, el gobierno organizó una mesa de
diálogo con los estudiantes. Cuando ocurre ésto, el movimiento se acaba, porque
se diluye en la negociación, decía mi padre.
Sin embargo, el año pasado, pareció la siguiente
noticia en CNN “El Presidente Sebastian Piñera hizo un llamado urgente a
retomar las conversaciones entre todos los actores sociales, para terminar con
los tres meses de conflicto en la educación. Jaime Gajardo, presidente del
Colegio de Profesores, valoró el cambio de postura "y disposición a abrir una
puerta para destrabar este conflicto".
Evidentemente el panorama es complejo, dado que
las secuelas destructivas aledañas a las movilizaciones, y su amplia difusión
comunicacional, han conseguido homologar la causa con los resultados
indeseados. Como si no tuviéramos capacidad de discernir, se ha comenzado a
escuchar reiteradamente el cansancio que, en todo caso con justa razón, siente
la gente tras meses y meses de ver reducidos sus ingresos, saqueados sus
negocios, quemados sus autos, muertos a sus hijos, torturados otros, pero desde
un lugar subjetivo en que desaparece la conciencia del origen de lo que está
sucediendo.
No todos tenemos la capacidad de manifestarnos
caminando por las calles diciendo, “estimado ciudadano, estoy un poco en
desacuerdo con mi educación, ¿tendría usted la amabilidad de modificar esta
situación?”, luego, sin justificar los hechos violentos, sino apoyando la
creatividad (recomiendo youtube donde salen videos cantados, bailados, etc. en
pro del cambio educacional) que no ha sido destacada en las formas de
manifestación, es probable que con algo así, la petición no saldría en las
noticias.
Cuando escuchamos las declaraciones de los
jóvenes en ella, las imágenes nos muestran pancartas con frases como “educación
gratuita” y “educación de calidad”.
Pero son estas imágenes, las que también hicieron
salir a la luz otras noticias,
Cuatro universidades obtuvieron más de $10 mil
millones en ganancias durante 2009. Según los datos del Servicio de Información de la Educación Superior
del Mineduc (SIES), las 58 casas de estudios que entregaron sus datos
acumularon utilidades por un total de $84 mil 165 millones. Si se suman los
institutos profesionales y centros de formación técnica, el mercado de la
educación superior totalizó ganancias por $108 mil 800 millones. De las
universidades, 43 terminaron con números azules, siendo la U. Tecnológica
Inacap la de más ganancias. El director del Centro de Políticas Comparadas en
Educación de la UDP ,
José Joaquín Brunner, ve en estos datos un acto de mayor transparencia, pero
cree que la información aún es insuficiente y considera "curioso" que
algunas instituciones se nieguen a entregar sus datos. (28/12/2010 El Mercurio)
Finalmente lo central del tema de la educación,
es que el sistema completo está cuestión, desde sus distintas dimensiones;
lucro, calidad, equidad, crecimiento país… entre otras aristas. Lo cierto es
que desde la famosa revolución pingüina hasta nuestros días, las noticias sobre
los movimientos estudiantiles han ido en aumento. Sorprende, que cotejando los
niveles de participación en las elecciones, hayan sido duramente criticados por
su falta de participación, mientras que los medios se encuentran atestados de
noticias de estudiantes en tomas (durante meses), colegios cerrados… una ciudad
que cambia por completo su dinámica diaria por la intrusión de los petitorios
estudiantiles. Incluso, se desarrollan análisis en este sentido. Delamaza cita
al PNUD,
La escasa participación directa de los ciudadanos
en las democracias modernas, el debilitamiento de los mecanismos de
representación tradicionales, la
tecnificación del proceso de toma de decisiones, y el predominio de las
concepciones elitistas y solo delegativas en las democracias en América Latina
(Avritzer, 2002), son factores que impulsan la necesidad de fortalecer la
“dimensión participativa de la democracia” (PNUD, 2004).[1]
Participación
ciudadana.
Entonces cabe preguntarse qué se está entendiendo
por participación. Para definirla, Lahera (2008)
hace una comparación entre la visión tradicional y restrictiva de la
participación ciudadana en el ámbito
público, donde la participación se limita a la entrega del voto a un candidato,
habitualmente escogido por las estructuras partidarias, es decir se trata de
una democracia representativa, en contraposición de la democracia directa, en
la que los ciudadanos ejercen el poder directamente.
En este tipo de democracia (directa), las tareas
de gobernabilidad no se acaban con las elecciones, sino que continúan con el
diseño de las políticas públicas. La participación, dice el autor, es un
proceso. Y explica,
“Ésta se refiere a
la posibilidad que personas o grupos tienen para influir, hacerse presentes en
la agenda pública y también en la formulación, ejecución y evaluación de las
políticas públicas.”[2]
Esto conlleva varios beneficios: al haber menos
temas atribuibles a algún grupo social, se puede favorecer el abordaje de los
temas públicos. También permite una distribución más equitativa del poder,
posibilita hacer valer las opiniones ciudadanas, expresa la participación
ciudadana, y es un elemento indispensable de la burocratización de los actos
gubernativos.
Sin embargo, si bien en los años noventa
la participación ciudadana parecía ser una idea “políticamente correcta”,
Delamaza (2010) señala que tal como sucede con este tipo de conceptos, nadie se
ocupó de aclarar su significado, de tal forma que el término podía y era usado
de múltiples formas. Pero, además, agrega el autor, comprendía:
“… el supuesto implícito de que su afirmación no
comprometía ningún cambio concreto en las orientaciones y prácticas del proceso
político e institucional. Estar de acuerdo no tenía consecuencias prácticas.”[3]
El debate iniciado por la revolución pingüina
entones, el año 2006, transita entre la apertura y rápida clausura del debate sobre
“gobierno ciudadano”, refiere el autor. Se vio entonces, que el consenso no era
tal, al momento de concretar las transformaciones que la sociedad civil
demandaba, porque en el entrecruce entre el debate conceptual y la opinión
política, existen diversos argumentos críticos, acerca de la posibilidad de
introducir mecanismos institucionales de participación ciudadana. En este
sentido, se critica por ejemplo, que en última instancia no todas las áreas de
la sociedad están representadas (sólo los migrantes, sólo los discapacitados,
sólo los homosexuales… etc.), la falta de conocimiento técnico de los
ciudadanos, el debilitamiento de la sociedad representativa, en tanto el papel
que juegan los partidos políticos.
Y en este sentido, efectivamente es lo que ha
estado sucediendo no sólo en Chile, sino también en otros países. Desde este
punto de vista, podría suponerse que ante el actuar de los estudiantes y el
segmento “adulto” de la sociedad civil que los apoya en diversas instancias, no
estaríamos frente a una falta de participación, sino a un debilitamiento de la
democracia participativa, entendiendo con ello, la in?capacidad
de los partidos políticos de hacerse cargo de las demandas sociales. No se
trata de promover la no votación, sino de señalar que frente a la baja de las
votaciones de los jóvenes, no nos estaríamos encontrando con personas abúlicas
ni indiferentes, como hasta hace poco tiempo se interpretaba dicho dato
estadístico. Y lo cierto es que han podido incidir efectivamente en las
políticas públicas de educación en forma inédita y sustancial, aun cuando no se
haya logrado los objetivos a cabalidad.
Políticas
públicas.
Pero qué se entiende por políticas públicas? Para Lahera (2008), el concepto refiere al
“… programa de acción de una autoridad pública o
al resultado de la actividad de una autoridad investida de poder público y de
legitimidad gubernamental”. [4]
Este concepto, agrega el autor, se empalma con
los cursos de acción y flujos de información, relacionados con un eventual objetivo
público, el cual ha sido definido de manera democrática. Estos son
desarrollados tanto por el sector público, como por el privado.
Otra definición posible, es la que proponen Ruiz,
D. y Cárdenas, C. (2012) es la siguiente:
“Las
Políticas Públicas se
pueden entender como el ámbito privilegiado de realización del “pacto” entre
Estado y sociedad. Un nuevo papel del Estado, en el sentido de hacerlo más ágil
y organizador. Aquí podemos rescatar el sentido participación entre estos dos
actores, pero el objetivo final de beneficio a la sociedad… (es) un punto que
muchas veces queda olvidado, de aquí el fracaso de muchas Políticas Públicas.”[5]
Si bien los componentes de una política
pública son similares, el enfoque de cómo se conciben, varía en relación a la forma
y la proporción de la participación ciudadana en su elaboración. Es por ello
que en realidad las definiciones utilizadas, son objeto permanente de
discusión, dado que no es una discusión zanjada, así como tampoco la
pertinencia ni los mecanismos de participación ciudadana.
Son
importantes además, los diferentes escenarios en que deben actuar, los métodos
usados, las formas de acercamiento, participación y el desarrollo o inicio de
la políticas mismas. Del mismo modo, cada política debiera tener un sistema de
seguimiento que permitiera medir su eficacia en el tiempo, asumir mejoras,
éxitos, fracasos y su persistencia en el tiempo.
Incidencia
en políticas públicas.
“Un
elemento clave para comprender los procesos de incidencias en políticas públicas,
es reconstruir el proceso que viven las / los líderes y dirigentes sociales,
junto a sus organizaciones e instituciones civiles, sobre cómo se fueron dando
las interacciones y relaciones en los contextos particulares donde
intervinieron y actuaron. Para esto es necesario revisar lo más detalladamente
posible los pasos, hechos y circunstancias de la actuación concreta que
llevaron, a estas instituciones u organizaciones y sus líderes a incidir en una
política pública.”[6]
A
lo largo de la historia, y particularmente en las sociedades modernas han
surgido agrupaciones de personas que se organizan para distintos fines, desembocando
en muchos casos, en grandes cambios sociales usando distintos mecanismos de
acción, que van desde el uso de la violencia, la resistencia pacífica, el uso
de sistemas de negociación, o una combinación de estas modalidades. Sus características,
tienen relación con las capacidades de influir del campo político, social y
cultural, y su incidencia en las políticas sociales.
El
término “incidencia”, significa desde la
RAE , a "repercutir", es decir, "causar efecto
una cosa en otra", o, "insistir, hacer hincapié en algo". Por su
parte, si tomamos en concepto "política" desde la misma fuente,
encontramos que significa la "actividad del ciudadano cuando interviene en
los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro
modo." Entonces habremos de proseguir en la construcción de una posible
definición de "incidencia política", para entender cómo es que el
movimiento estudiantil ha llegado a conseguir modificaciones en dichas
políticas, a partir de sus acciones.
Por
otro lado, hay que señalar que las políticas públicas, como se definió
anteriormente, pueden entenderse como las acciones que desarrolla un gobierno
para dar respuestas a las diversas demandas de la sociedad. Y son los
instrumentos que el Estado utiliza para intervenir y realizar un proceso de
planificación social que contribuya a la integración social. En un sentido más
valórico, las políticas públicas pueden ser entendidas como la introyección de
valores socialmente consensuados a través de programas.
Pero
además, si bien, la políticas están definidas por acciones, estas también
pueden darse desde las omisiones de esas acciones, puesto que no intervenir, es
también una toma de posición.
Entonces,
podría decirse que la incidencia en políticas públicas
“…
consiste en la organización de un proceso deliberado o planificado para influir
en algún actor con poder de decisión, o es la acción política organizada para
planificar esfuerzos orientados a la transformación de las políticas públicas
en función de corregir desigualdades mediante la redistribución de recursos.”[7]
Aun
podríamos agregar otras definiciones, como la Oficina en Washington para
Asuntos Latinoamericanos (WOLA, 2002) que señala que la incidencia política
está referida
"…
a los esfuerzos de la ciudadanía organizada para influir en la formulación e
implementación de las políticas y programas públicos por medio de la persuasión
y la presión ante autoridades estatales, organismos financieros internacionales
y otras instituciones de poder. Consiste en un cúmulo de actividades dirigidas
a ganar acceso y generar influencia sobre personas que tienen poder de decisión
en asuntos de importancia para un grupo en particular o para la sociedad en
general." [8]
En suma, la incidencia política supone fortalecer
la participación ciudadana y el proceso de organización de la comunidad, ya que
es a través de un proceso de planificación que ellas realizan, que consiguen orientar
y dirigir los cambios que se pretenden llevar adelante.
Ahora bien, dentro de estas definiciones, se
distinguen distintos niveles de incidencia. Respecto al tema que nos convoca, a
saber, el movimiento estudiantil que ha intentado incidir en las políticas públicas
educacionales, es posible encontrar una abundante cantidad de información,
acerca de las distintas acciones que se llevan realizando desde hace ya seis
años al menos, para cambiar el sistema educativo.
Reconstrucción del desarrollo y ejecución de la
experiencia.
Este movimiento, inicialmente fue visto
públicamente por las protestas públicas, teniendo como actores principales a
los estudiantes. Cabe señalar, que el mundo político en pleno se hizo parte de
esta demanda, negándose incluso a recibir a los estudiantes en sus sedes
partidarias. Respecto a sus líneas de acción, es evidente que la movilización
debió iniciarse en primera instancia en diversas formas de comunicación ya sea
por asambleas, reuniones, y más recientemente a través de las redes sociales,
ya que de otro modo no podrían haber convocado a salir a las calles. En un
primer momento, se trató básicamente de las protestas ya mencionadas, con el
fin de poner en la agenda pública sus demandas de una educación gratuita y de
calidad. Las autoridades accedieron a dialogar y reformar, poniendo en primera
plana la famosa ley LOCE.
En un segundo período, si es que se pudiera
identificar uno, las intervenciones y acciones sociales se volcaron a realizar
eventos culturales, videos, y manifestaciones, aun cuando no se identificaron
líderes relevantes hasta la llegada de Camila Vallejos. Aun así, el movimiento
no se adscribe a ningún partido político en particular, dejando entrever
constantemente, que es justamente la democracia representativa la que se ha
puesto en cuestión, ante su incapacidad de acoger sus demandas, e incidir
concretamente en el mejoramiento de la educación. La participación de los
estudiantes, y ahora la convocatoria a toda la sociedad, es la fuerza que
consigue efectivamente poner el tema en la agenda, realizar reformas, y
actualmente, modificar las condiciones de pago y acceso a la educción pública,
pese a no ser esto, el punto de fondo de la demanda.
Reconstrucción del
problema que se quiso enfrentar con la acción de incidencia.
Las causas de esta
conflictiva, se remonta al menos a los años 80’ con el traspaso de los establecimientos
fiscales, a los municipios, según explica González (1998), cambia la regulación
laboral de lo docentes y surge el sistema de financiamiento compartido. El
ofrecimiento de la educación comienza a regirse por las leyes de la libre
demanda, por lo tanto, se asume que puedo o no, haber un lucro de por medio.
Este sistema, debía eventualmente incentivar el mejoramiento de la calidad de
la educación, pero sin embargo esto finalmente no ha sucedido. Por el
contrario, la tendencia ha sido a bajar su calidad, dificultar el acceso a
ella, y subir considerablemente sus costos, tal como se pudo apreciar en la
noticia citada al inicio de este documento.
Reconstrucción de
contexto y del análisis contextual donde se incidió.
En el año 2006, luego
de varios años de democracia en que la participación ciudadana fue entendida
como el aporte en manos de obra gratis para mejorar las calles, por ejemplo, en
programas gubernamentales, pero que finalmente no tenían relación con las
profundas carencias y los reales intereses de los ciudadanos, es que el
movimiento estudiantil comienza a tomar fuerza, desde los propios
establecimientos educacionales, en algunos casos con el apoyo de docentes, y de
ninguna manera de partidos políticos ni de gobierno. Ante la estupefacción de
los adultos, y la incapacidad evidente de poder abordar lo que sucedía, se
produjeron constantes cambios de ministros de educación.
Descripción de la
intencionalidad y propósito que guiaron la experiencia.
Con estas nuevas formas
de ejercer presión social de los estudiantes, se buscaba un cambio radical en
el sistema educacional; ser escuchados por el gobierno de turno, y no por uno
en particular. Se trataba, según manifestaban de un interés nacional, que
debiera trascender los períodos presidenciales, conscientes además, que los
beneficios en caso de conseguir cambiar el sistema educacional, se verían al
menos en las siguientes generaciones. Es decir, el curso de las acciones iba
encaminada a poner el tema en agenda, a incidir en las políticas públicas para
finalmente beneficiar a la sociedad con un derecho considerado inherente al ser
humano.
Análisis de la
estrategia de incidencia implementada.
1.
A nivel de estrategia general de incidencia.
Junto
con las asambleas, paros, protestas, se realizaron tomas de los
establecimientos educacionales, en forma cada vez más radical, al punto de
haber llegado a estar siete meses con los colegios cerrados, asumiendo todas
las consecuencias que ello traería.
2. A nivel de la relación
con los medios de comunicación; las preguntas fueron.
A nivel de
comunicación, se activaron las redes sociales, y a medida que pasó el tiempo,
han ido prestando cuidado a diferenciarse de los discursos que inicialmente los
asociaba a la destrucción y la violencia que parte de los asistentes a las
manifestaciones infringían en el inmobiliario público. Asimismo, se han ocupado
de enviar comunicados de prensa, y de reiterar que los logros conseguidos hasta
el momento, son un avance, pero no la realización del objetivo final.
3. A nivel de la
construcción de redes.
Una de las cosas que ha
caracterizado a este movimiento, es que no ha habido asociaciones específicas
que la encabecen, ni partidos políticos. Es un movimiento que se organiza a
nivel nacional, donde el liderazgo va circulando de acuerdo a las
circunstancias. Esto ha sido criticado desde la esfera política, e interpretado
como un elemento que le resta fuerza al movimiento, y que finalmente le impedirá
trascender con sus demandas a lo largo del tiempo, situación que aun no sucede,
y pese a ello, se han conseguido reformas importantes, como es la reducción de
las tasas de interés de los créditos, el cambio de los criterios en el
otorgamiento de becas, la política pública relacionada con el estatuto docente,
entre otros.
4.
Sobre los logros alcanzados
Primeramente, se logró
poner el tema de la educación en la agenda pública, en forma prioritaria. Si
bien los estudiantes han podido participar de las discusiones, se podría decir
que recién en el último tiempo se ha evidenciado una mayor incidencia de las
acciones y eventuales negociaciones con el gobierno. Han conseguido, como nunca
antes sucedió en democracia, que se hicieran reformas al sistema de financiamiento,
excluyendo los bancos de la asignación de créditos, bajando las tasas de
interés desde un 12%, 10% a un 2%, con una serie de otras indicaciones. Se han
creado políticas orientadas al mejoramiento de la calidad docente, tales como
incentivos para estudiar pedagogía, becas de perfeccionamiento, sistemas de
evaluación, entre otros logros, aun cuando todas estas medidas no están exentas
de críticas. No obstante, el movimiento estudiantil lo interpreta como un
avance.
5.
Cuáles son los aprendizajes: observar y analizar
los resultados de la experiencia
El movimiento
estudiantil ha tenido dos períodos fuertes. El primero, se caracterizó por la
fuerza y persistencia de sus acciones, y por tener una demanda transversal que
consiguieron poner en agenda. En un segundo momento, se diversificaron en sus
formas de intervenir y convocar, intentando diferenciarse de quienes hacen
destrozos en la vía pública. Junto con ello, la forma en que lograron convocar
a otros actores sociales, sumarlos a sus demandas y permanecer movilizados, ha
conseguido que se comiencen a ver resultados concretas, signos inequívocos de
que han incidido en las políticas públicas educacionales más que cualquier
partido político.
En síntesis.
Al pensar en la participación ciudadana, Delamaza
(2010) expone una serie de argumentos y contra - argumentos para explicar los
elementos que la hacen posible o no, en materia de incidencia en políticas
públicas. Uno de ellos, por ejemplo, es el hecho de la demora que tendrían los
procesos si todos participaran, el equilibrio económico de la cuenta fiscal,
entre otros. Asimismo, esto podría hacer peligrar las
políticas públicas tal como se las convibe la imposibilidad de satisfacer a
todos los actores sociales, o la falta de madurez de la sociedad, en el sentido
de poder crear mecanismos de participación, fuera de los ya existentes.
Sin
embargo, me parece que el caso del movimiento estudiantil, es un ejemplo
posible de que la incidencia en políticas públicas desde la participación
ciudadana es factible. Si bien se les puede criticar las consecuencias que han
tenido sus acciones, es indudable que han quedado atrás las críticas de la poca
validez, la ausencia de sustento teórico (político), y la falta de
representatividad.
Cabe destacar también,
que muestra de alguna manera, la necesidad de retractarse y re considerar la
afirmación de que los jóvenes no se interesan por el mundo que nos rodea, y de
que no participan. Participar cómo? La discusión ha se ha puesto en marcha, en
torno a la necesidad de reinventarse como sociedad, tema que algunos políticos
ya han intentado poner en discusión (sin éxito aun).
Lo cierto es que en
estos momentos, las políticas públicas en educación se están modificando (aun
cuando como se ha dicho anteriormente no son cambios de fondo) a partir de la
participación de los estudiantes en esta materia. Todos los demás actores que
han participado, se han ido sumando a un movimiento que inicialmente fue
exclusivo de los estudiantes.
BIBLIOGRAFÍA
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Ashoka. (2009). Incidencia
en políticas públicas. Sistematización de las experiencias Ashoka. Santiago.
·
Choy, M. (2005). Cómo incidir
en políticas públicas. Paraguay. Extraído
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Delamaza, G. (2010).
Estado actual y desafíos para la institucionalización de la Participación
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Chile. En Participación y políticas Públicas SEGPRES. Santiago.
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·
Lahera, E. (2008). Introducción
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·
Oficina en Washington para Asuntos
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04 de junio de 2012. http://www.google.cl/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CE0QFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.ebpdn.org%2Fdownload%2Fdownload.php%3Ftable%3Dresources%26id%3D372&ei=nrvQT6O_A5Go8QTHyZG_AQ&usg=AFQjCNGgnypabEQijRcFU041wFF7A0PeEQ&sig2=JddTQe_nMht_DQfPnXo6-g
·
Sirker, K. Manual Incidencia
Política, Comunicación y Formación de Coaliciones Ciudadanas. Extraído el
04 de junio de 2012. http://www.cebem.org/cmsfiles/publicaciones/Manual_Incidencia_politica.pdf
[1]
Delamaza,
G. (2010). Estado actual y desafíos para la institucionalización de la Participación
ciudadana en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas en
Chile. En Participación y políticas Públicas SEGPRES. Pág. 1. Santiago.
[2] Lahera,
E. (2008). Introducción a las Políticas
Públicas. Pág. 21. Fondo de Cultura Económica. 2ª Ed. México D.F.
[3] Ibid.
[4] Lahera,
E. (2008). Introducción a las Políticas
Públicas. Pág. 13. Fondo de Cultura Económica. 2ª Ed. México D.F.
[5] Ruiz, D.; Cárdenas, C. ¿Qué es una
política pública?. Pág. 3. http://www.unla.edu.mx/iusunla18/reflexion/QUE%20ES%20UNA%20POLITICA%20PUBLICA%20web.htm . Extraído el 06 de junio de
2012.
[6] Ashoca. (2009). Incidencia en políticas públicas.
Pág. 6. Sistematización de las experiencias Ashoca. Santiago.
[7] Ashoca. (2009). Incidencia en políticas públicas.
Pág. 30. Sistematización de las experiencias Ashoca. Santiago.
[8] WOLA. (2002). Manual
básico para la incidencia política. Programa Centroamericano de
Capacitación en Incidencia. El Salvador. WOLA.
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